Cuando pregunten…
A fin del año pasado estuve leyendo el libro de Josué con mi grupo de discipulado y me detuve en:
A los hijos de estos, a quienes Dios puso en lugar de ellos, los circuncidó Josué, pues no habían sido circuncidados durante el viaje.
Josué 5:7 NVI
Me vino a la mente una generación que le estorba un pensamiento, una actitud, un sentido, un pecado, para realmente “realizarse”. No anteponiendo la realización personal, pero sí, para sentirse plenos, totalmente complementados y lo principal, en comunión con Dios.
Sí, algo estorba para vivir de verdad.
Lo que estorba.
Coincide con el aumento en la desorientación que se vive hoy, con el aumento de formas en las que una mente se fuga y las muchas opciones que usa para hacerlo, coincide con el “sé y vive lo que quieras” en un metaverso, coincide con el sueño de ser exitoso a costa de la dignidad, coincide con el crecimiento del pensamiento depresivo y la normalización del mismo. A medida que esto se consume, se vuelven capas y capas que necesitan ser circuncidadas, cortadas y destruidas.
Se puede retratar a una generación entera en una serie de televisión en la que engañosamente se educa para “vivir al máximo”, pero la misma generación, al verse enmarcados en un estereotipo, se retractan de los actos que han etiquetado a su generación y niegan ser parte.
Lo que se necesita.
Es aquí donde nos damos cuenta que generación tras generación necesita ser circuncida en su corazón. Por nosotros mismos no podemos minar lo que ha permeado nuestra mente y corazón y se ha vuelto parte del SER. Necesitamos de Dios en cada generación y la que en nuestros días se representa, no es la excepción; sean, Z, Milenials, Boomers, etc. Necesitamos ser circuncisos de corazón.
En el versículo de Josué, Dios mira a la siguiente generación que no ha pasado por el proceso de destruir y cortar por completo con aquello que estorba para tener el pacto con Dios, es decir, lo que impide una relación con Él.
La circuncisión representa para nosotros, cortar y destruir lo que estorba en el corazón y así entrar en comunión con Dios, significa una ruptura total con lo pecaminoso, una separación total del pensamiento decadente y así dar a luz la persona que Dios quiere.
La Oportunidad.
Esta generación tiene aún la oportunidad de exponer su corazón delante de Dios, de reconocer lo malo, sobreponerse a este mundo y dejar que, lo que estorba, sea destruido por el poder transformador del Salvador. Share on X
Ya no será más una generación que se pierde, sino una generación renovada que aprovecha el respaldo del Todopoderoso.
La promesa para esta generación.
También entrarán en la tierra los niños que ustedes dijeron que serían botín de guerra. Y serán ellos los que gocen de la tierra que ustedes rechazaron.
Números 14.31
Autor de La Pluma Ligera en donde El Libro (La Biblia), El Viento (El Espíritu Santo) y la pluma, dan sentido a este proyecto.
Soy Hijo de Dios, esposo, padre y pastor por llamado y convicción.