¿Qué has dejado pasar por no amar y no dejarte amar? Un paseo, unas vacaciones, una comida, tal vez has dejado pasar años de poder vivir en paz.
Mucho nos es robado por no permitir el amor en nuestras vidas.
El que conoce nuestro corazón, Dios, sabe hacia donde y por donde nos tiene que llevar para quitar la dureza de un corazón que no ama y que no deja ser amado. Necesitamos un proceso de purificación.
El proceso de purificación.
Conocemos la verdad a través de la Palabra de Dios, y es en ella donde se unen dos partes. La Palabra escrita y el Espíritu de Dios que llega a lo intangible de nuestro ser, es decir alma y espíritu. La palabra nos muestra la condición de nuestro ser y el Espíritu santo ministra lo profundo en nosotros. Es decir, La Palabra revela y el Espíritu purifica, ambos para un mismo fin.
La evidencia de la santidad.
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;
1 Pedro 1.22
El tema central de esta parte de la Biblia es la santidad, Pedro exhortando a vivir en santidad y la santidad tiene que ver directamente con el corazón; esa parte abstracta de nuestro ser donde radican los sentimientos y que dependiendo de esos sentimientos, endurecemos o abrimos nuestro corazón. Pero al amor de Dios se sobrepone a todos los sentimientos, si lo permitimos, y nos enseña a vivir en santidad.
La relación amor-santidad.
Esto nos lleva a recordar el mayor acto de amor hecho por este mundo: La muerte y resurrección de Cristo. Sin el sacrificio no hay santidad y sin ese extraordinario amor no seríamos hoy perdonados. Aquí encontramos una relación directa entre santidad y amor.
Imposible tomar una decisión de dar su vida por la humanidad sin la entrega y obediencia de nuestro Señor Jesucristo hacia Dios. Imposible la validez y el poder que tiene ese sacrificio hasta nuestros días sin el amor en el corazón de Cristo.
Esta relación amor-santidad es enseñada y vivida por Cristo en el tiempo que estuvo aquí en la tierra. Aprendamos del amor hecho persona en Cristo para vivir en santidad.
Qué obra tan extraordinaria hace nuestro Dios que al limpiar nuestras almas nos enseña a amar. Al quitar lo que estorba en nuestras vidas, falta de perdón, pecado, rechazo o lo que el Espíritu Santo revele a tu vida, el corazón se está limpiando. Esto amplía nuestro panorama del amor, tanto para dar como para recibir.
El amar y dejarse amar es el resultado de una búsqueda por la santificación en Cristo.
Ahora tú
Ama sin limitaciones, recibe el amor de los que te rodean y vive una vida fraternal y en el amor de Dios. Vive, a través de todo y por encima de todo, en el amor de Dios.
Autor de La Pluma Ligera en donde El Libro (La Biblia), El Viento (El Espíritu Santo) y la pluma, dan sentido a este proyecto.
Soy Hijo de Dios, esposo, padre y pastor por llamado y convicción.