Corazón y Manos

La fuerza que hoy tienes para desarrollarte, la tienes por una razón. La edad a la que llegaste a Cristo tiene un propósito. 

Tienes fuerza para dar, para invertir, fuerza para ti y para los que te rodean

¡Sabes que aún puedes dar más!

Las personas que ayudan a los demás y forman grandes fundaciones, los filántropos y gente que se da a sí misma por los demás tienen una causa mayor a su pensar o a sus propios beneficios. La causa del servicio siempre es por un bien mayor. 

Una persona altruista o que se da en servicio por los demás no siempre tiene grandes recursos, ni cuentas bancarias muy grandes, tienen una causa tan fuerte que con lo poco o mucho que tengan siempre piensan en servir a su prójimo.

Servir es una de las motivaciones más grandes en la vida y muchos personajes de la historia han encontrado una razón de vivir en servir al prójimo. Han encontrado en el dar tiempo, esfuerzo, dedicación y tal vez hasta dinero, una causa que deciden proclamar.

Martin Luther King, un hombre que encontró su causa durante 1955 al defender los derechos civiles, un hombre que dejó todo por una causa mayor, sirvió a su gente. 

Servir se extiende más allá de nuestro saber hacer algo. Servir alcanza la vida de otros, toca fibras que a veces con las palabras no se llega, pero sí con los hechos.  Cuando sirves a alguien, das de ti para demostrar el amor de Dios. 

Aquel misionero que ha dejado todo por servir, primero a Dios y después al prójimo, y que deja todo lo que le rodea, toda la comodidad que un hogar o un lugar puede brindar. Un misionero busca abrir brecha para extender el Reino de Dios, es un hecho digno de admirar, el concepto tan grande que tienen de el servicio, ellos, al decidir servir a Dios,  se vuelven una extensión de Su incalculable amor. ¡Dios bendiga a los misioneros! 

El amor por alguien más se puede volver una motivación muy fuerte para que todos nuestros actos se vuelquen hacia esa persona. El servir es totalmente permeado por el amor, no hay servicio genuino si el amor no está ahí.

El acto más grande de amor, demostrado a la humanidad, fue cuando Cristo vino a este mundo para enseñarnos a servir, dista mucho del concepto humano de servir, pero Cristo reúne, en su misma persona, todas las características verdaderas del servicio. 

como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Mateo 20.28

He visto jóvenes que en nuestros días dan su vida por amor a Cristo, exponen todo lo que son para que el Nombre de Dios sea conocido en las calles y en las colonias. Es un sentir genuino que se logra transmitir al ver su esfuerzo, que se nota cuando barren, limpian, pintan y sellan el momento compartiendo el Mensaje de Salvación a través de la Palabra de Dios.

Servir y amar al prójimo es lo que Cristo nos enseñó.  

#EstoyparaAyudarte #YoSoyCC

Corazón y Manos

Momentos actuales en este mundo, en los que se respira la cultura del menor esfuerzo, y esto tiene que ver con la espera de que se genere algo bueno con la mínima acción de nuestra parte.

Cristo nos enseñó lo opuesto; Corazón y Manos. Servir de forma genuina, dar todo de ti, no esperar nada a cambio, no esperar nada para ti, todo lo haces para tu prójimo, por una causa mayor o por Aquel que todo lo vale, nuestro Dios.

Un servicio eficiente al Señor siempre será generado por un motivo puro, con propósito claro y que nada se interpone en cumplir con el objetivo.

Ahora tú

Examina tu motivación para servir, ubica cuál es, y si se encuentra lejos de la Palabra de Dios, entonces, es tiempo de reubicar esa motivación y así ser más eficientes en el servicio para extender el Reino de Dios. 

Sirve con fervor y amor al prójimo y a nuestro Señor Jesús.

Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.

Hebreos 6.10

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