
-Dijo el viento a la semilla: Tú eres mía, tu rumbo depende de mí. Sutil o arrebatado, pero es mi llamado.
-Del árbol caí. Movimiento repentino el tuyo, que solo trae imprecisión y ansiedad. -Respondió la semilla. –
-Si mi fuerza vieras, el fin entendieras, más escrito está; creer va más allá. -Susurró el viento.-
– ¡Revolotear en la corta vida no suaviza la caída! -Exclamó la semilla. –
– Te elevo un poco y sueñas, te dejo caer y desdeñas. -Respondió el viento.-
-Yo genero poder en las praderas, mi fuerza es útil al que aprovecha. -Exclamó el viento. –
-Temido es tu poder y tu alcance sin medida, mejor es para mi la fe en tu guía. -Suspirando dijo la semilla.-
-Eleva y descansa, que corta no es la distancia. El fruto en ti, llegará al morir. -Dijo con amor el viento.-
Inspirado en: Juan 12:24
Autor de La Pluma Ligera en donde El Libro (La Biblia), El Viento (El Espíritu Santo) y la pluma, dan sentido a este proyecto.
Soy Hijo de Dios, esposo, padre y pastor por llamado y convicción.