La Mirada del Aguila

Denota el viento en lo más alto, silbido que ensordece el alma, que dirige la mirada hacia el punto eterno.
Lo alto engrandece al viento; indomable se vuelve en su vagar.
Viento que domina el plumaje y al anhelo hace volar.
Hay que llegar más alto para no lamentar.
Lo alto amplía la mirada al sin fin que se extiende hasta el ocaso encontrar.
Seguir volando es la premisa, no hay descanso, solo para renovar.
Extender las alas es un acto inherente, no de razonar, es de efectuar.
Mirar de lo alto suscita la seguridad, la pertenencia al vuelo abriga el pensar.
El rumbo del viaje es impreciso hasta el instinto fijar, nada atañe más a el águila que el volar.
No hay premura para el tiempo, pero famoso es su andar, brinca en el espacio conocido, mejor es el volar.
Determinada es la mirada, ejecutada es la acción, el hervor de la sangre afila el centro del corazón.
Probada es la pericia, la experiencia y el valor, cada vez que el ciclo termina, precisa afirmación.
Mayor el que al viento creó, Aquel que impulsa el fervor, Aquel que las alas creó, lo hizo para dar una razón.

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